Falú Falú
Que vaya bien directo: Eduardo Falú es uno de los artistas más importantes de la Historia Argentina. Y uno ha tenido la suerte - porque ha sido eso, suerte -, de haber recibido su música como una tempranera herencia familiar, y con ella otra: la de poder comprender que esas cosas valen más que cualquier plata.
Este disco reúne composiciones y versiones de Don Eduardo. Las he ido leyendo y orejeando con los años. Algunas hace mucho y otras muy hace poquito. Las he ido cambiando un poco, combinando a veces versiones antiguas del mismo Falú -escritas o grabadas- ,y otras veces les he puesto algunas cosas Yo. Con muy mucho cuidado.
Los bailecitos no; esos están más guitarreados y se han ido transformando en estas versiones propias. Versiones ante todo criollas. Disculpas si desentonan.
Nunca casi lo cuento, pero he tocado para él, para Falú, para ese gran Algarrobo, unas cuantas de sus piezas, en dos breves visitas, hace unos 15 años. Lo que más me acuerdo es que me ha parecido muy salteño - mi mamá es salteña -,y muy sencillo. También muy alto.
Recuerdo mucho un momento en que me mostraba no se qué grabaciones suyas, sentado dándome la espalda y mirando hacia el equipo de música. De tanto en tanto me repetía que no habían salido bien, que no le gustaban. Yo estaba contento y tranquilo. Agradecido y bien callado.
Un rato más de música y Falú se da vuelta con genuina preocupación:
- Martín. Estás aburrido?
...
Claro que no lo conocí, ni tampoco puedo saber quién ni cómo era. Pero bueno, ahí estaba una leyenda caminante, un célebre creador de bellezas inmortales- si no nos damos cuenta es nuestra la culpa y no de él -, un poco inquieto ante la improbable posibilidad de no estar entreteniéndome lo suficiente.
Como tiene que ser, como hace cualquier persona que no se ha perdido demasiado en sí misma.
Uno no es de encandilarse cuando conoce a la gente a la que admira mucho. No sé por qué. Pero miento si no digo que cuando me volvía en el 29, parado, protegiendo la guitarra y bien agarrado a la barra del techo, me saltaron tres o cuatro lágrimas de pensar en el momento de contarle todo eso a mi Papá, el loco fanático de Eduardo Falú al que le dedico estás interpretaciones.

Gracias al Papá y a Marián Navarro.
Gracias a mi amigo Juan Pablo Piñero y a mi otro amigo, Emiliano Ferrer.
Gracias al Inamu por apoyar estas cosas y a Don Eduardo Falú por la obra suya y nuestra.